Epilepsia: Motivos Psicológicos

No es de mi autoría pero lo escribo porque creo que me va a ayudar…

La epilepsia es una afección nerviosa crónica caracterizada por la repetición más o menos frecuente de crisis convulsivas, generales o localizadas, de desarrollo estereotipado. Su aparición es imprevisible y generalmente de corta duración.

La persona que sufre esta enfermedad es del tipo que no se perdona un paso en falso, un lapsus. Trata de ocultar sus errores por todos los medios. Se acusa mucho y le falta amor hacia ella misma. Para compensarlo, intenta que los demás llenen ese vacío. Tiene deseos internos de violencia, que se revierten contra sí misma. Una crisis de epilepsia es una forma de autoagresión.

          Por otro lado, con frecuencia sucede que las primeras crisis, durante la infancia, le permitieron recibir atención y afecto, o desviar la atención de los demás de un paso en falso dado previamente. También es posible que esta enfermedad haya servido para ocultar los pasos en falso de los padres, ya que el tiempo que dedicaban a ocuparse de ella permitía que se acercaran.

Si sufres de epilepsia, tu cuerpo te dice que es momento de darte cuenta de que lo único que tienes que hacer para recibir afecto o sentir que conmueves a los demás es sembrar ese afecto y cosecharlo. No tienes que hacerte sufrir para recibirlo. Ya tienes mucho más de lo que te imaginas, pero tú no lo ves.

          Te ayudaría confirmar con quienes amas qué representas para ellos. Puedes concederte el derecho de cometer errores y dar pasos en falso sin culparte y sin creer que los demás van a dejar de quererte. Esto evitará que sigas sintiendo ira y sentimientos violentos en tu interior, y así podrás expresar todo el dolor que te invade.

 

La epilepsia está causada por una mala comunicación entre las células del cerebro. El influjo nervioso acumulado que resulta crea una sobrecarga y la formación de ondas de choque que atacan las demás partes de mi cerebro. Las crisis de epilepsia pueden ser de diferentes intensidades. Así, puedo formar parte de las personas que simplemente están “en la luna” durante algunos instantes o formar parte de los que pierden consciencia completamente y sufren convulsiones bastante fuertes durante cinco a diez minutos. Para vivir tal situación, seguramente me parece que la vida sólo me aporta rechazo, violencia, ira y desesperación. Tengo la sensación de siempre tener que luchar. Me siento perseguido. Me siento culpable de la agresividad que sube en mí y la rechazo. Estoy harto, esto me exige demasiados esfuerzos. Rechazo esta vida que se esfuerza en hacerme sufrir. Quiero volverme insensible replegándome sobre mí – mismo. Frecuentemente es la desesperación o la ira las que me incitan a ello. Al mismo tiempo, voy a sentirme apaleado por la vida, dejando que ésta traiga cierta violencia hacía mí. Es extremo el rechazo de mí – mismo y resulta un  conflicto de individualidad. Durante la crisis de epilepsia, mi cuerpo se pone rígido para protestar contra estas heridas y las convulsiones irrumpen, tales muy fuertes olas que me permiten dejar salir mi cólera, mi amargura y mi agresividad largo tiempo reprimidas. No tengo otra alternativa que la de dejarme ir a los sentimientos intensos que me habitan. Huyo en lo inconsciente estas situaciones que me hacen tanto sufrir, bien porque tengo miedo, que estoy molesto o que padezco. El mental no tiene, en ese momento, ningún control. La epilepsia avisa así mi entorno de mi gran necesidad de amor y atención. La causa profunda de la epilepsia remonta frecuentemente al principio de la infancia y puede incluso remontar al tiempo del embarazo: siendo niño, culpabilicé mucho: esto me sigue a lo largo de mi vida y veo ésta como un combate de todos los días. También se puede tratar de un abuso, sexual u otro, o percibido como tal, o de un rechazo anterior o vivido en la tierna infancia, tal como una separación. El hecho de sentirme separado de alguien implica una pérdida de contacto en el plano físico con éste. La crisis de epilepsia puede proceder por lo tanto de un modo de obtener o ganarse más atención como de reforzar mi sentimiento de superioridad. Al indicar la epilepsia una sobrecarga del circuito nervioso, esto demuestra que lo que he de tratar en mi vida de cada día es excesivo; se produce una situación en la que debo elegir. Este sentimiento de estar sobrecargado puede ser el resultado de sucesos que aumento (exagero) en mi mente. Esta exageración puede llevar a la arrogancia llevándome a pensar que sé más que nadie. También puede existir una tendencia a una abstracción demasiado grande o incluso, una adhesión demasiado grande a los reinos psíquicos. Así evito tratar con la realidad objetiva. La epilepsia también puede ser la consecuencia de un miedo atroz que tengo (por la muerte, la enfermedad, el miedo de perder a alguien, etc.); Una coloración de motricidad, como para impedirme adelantar, se suma a mi miedo (por ejemplo; si debo ir a un entierro (muerte) y que no quiero ir). Tomo consciencia de lo que sucede en mí y acepto concentrar mis esfuerzos ya no exclusivamente sobre lo negativo y darme cuenta de cuanto amor y salud me brinda también el universo.

Extraído de:

http://www.sanateysana.com/diccionarioemocional.html#_E

FIN.

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